La tarjeta de crédito infinita: Cómo los 37 trillones en deuda federal amenazan a EE.UU.

¿Qué crees que pasaría en un país donde cada ciudadano tiene $100,000 dólares en deuda? ¿Sería casi imposible salir de esa situación sin que todo colapsara nó? De esa misma escala es el problema que enfrenta Estados Unidos con su deuda federal de más de 37 trillones (en inglés) de dólares. Y aunque los ciudadanos no son los que la tienen que pagar, este problema es algo que les va afectar y se puede convertir en un problema grave.

La deuda federal estadounidense está hecha por diferentes tipos de deuda pero hay dos en especial que influyen más, les podemos llamar la deuda de emergencia y la anual. La deuda de emergencia es como sacar una tarjeta de crédito en momentos críticos. A través de estímulos, títulos del tesoro, y otros instrumentos, el gobierno es capaz de pedir préstamos para inyectar dinero a la economía en los momentos donde se necesita impulsar o equilibrar, como lo ha hecho durante la segunda guerra mundial, la crisis del 2008, o en la pandemia. La deuda anual, son todos los gastos anuales que hace el congreso o gobierno estadounidense, esto son programas sociales, defensa nacional, intereses de préstamos pasados, entre otras cosas. Estos gastos se supone que deben de ser cubiertos por los ingresos que el gobierno genera a través de impuestos, pero por más de veinte años el congreso ha gastado más de lo que genera. Este déficit ha crecido año con año y se ha convertido en el principal problema ya que ocupa la mayoría de la deuda federal

Durante 2024, el Congreso estadounidense tuvo un déficit de 1.8 trillones (en inglés) de dólares. Esto quiere decir que gastaron esa cantidad más de lo que generaron. ¿Y cómo le hacen para cubrir el exceso? Sacando más deudas. Es como si sacaras una tarjeta de crédito nueva para pagar tu tarjeta pasada, y si estás haciendo esto es porque algo está pasando. 

¿Hasta qué punto la deuda se vuelve un problema incontrolable? Para esto normalmente se mide el porcentaje de deuda en comparación al PIB. Este número actualmente se encuentra alrededor del 125%, algo que se considera relativamente alto, pero no el límite. Cuando este porcentaje llega al 175%-200% es cuando se podría considerar un riesgo grave (aunque no siempre es así. Por ejemplo, Japón tiene un 260% y una economía estable). A estas alturas es casi imposible para un gobierno generar lo necesario para pagar el interés pasado que debe, en especial si se tienen altas tasas de interés,y probablemente terminará en una crisis de deuda o incluso en recesión. Pero el riesgo de que una crisis ocurra no depende solamente de este porcentaje, ya que en el momento en el que mercado pierda la confianza al darse cuenta de que el congreso y el presidente nunca vayan a llegar a un acuerdo para arreglar la situación todo puede colapsar, y esto podría ocurrir en cualquier día.

El crecimiento del déficit y la deuda pública llevó a que en 2023 la agencia calificadora Fitch Rating haya bajado la calificación crediticia de Estados Unidos de AAA a AA+. Esta fue la segunda vez en la historia en la que se le ha bajado la calificación a Estados Unidos y es una señal de que la situación fiscal en Estados Unidos está aumentando su riesgo. Por preocupaciones como está, el mercado y los inversionistas han estado perdiendo cada vez más la confianza en el gobierno estadounidense. Y esto se ha reflejado a través de los títulos del tesoro que Estados Unidos ofrece.

Estos títulos, conocidos como bonos del Tesoro (Treasuries), son la herramienta que el gobierno usa para financiarse. Consisten en préstamos que hacen inversionistas al gobierno, con la promesa de que el gobierno se los pagara de regreso junto con un interés determinado según el tiempo del bono. Funciona igual que cuando una persona saca un crédito de un banco: en este caso, el gobierno es la persona, y el inversionista es el banco. Estos son vendidos al público, inversionistas, bancos, o hasta otros países mediante una subasta para determinar la tasa de interés del bono, que depende del riesgo y demanda. Históricamente, los títulos de Estados Unidos se han considerado como la inversión más segura ya que siempre han pagado todos los títulos que ha vendido (a excepción de unos casos pero no por falta de dinero) y son respaldados por la economía más grande. El mantener esta reputación hace que el mercado compre sus títulos a un interés muy bajo a cambio de la seguridad y confianza que tienen en la inversión. Pero en las últimas subastas, debido a la preocupación por la deuda federal, la inflación, y los aranceles, el público ha estado exigiendo intereses más altos, haciendo que el gobierno pague aún más intereses. Ellos no son los únicos afectados ya que si el instrumento considerado más seguro del mundo está subiendo su riesgo, indica que también está aumentando la desconfianza en la estabilidad económica del país.

La pregunta importante aquí es, ¿Cómo se puede arreglar esta situación? El nuevo gobierno de Trump ha tratado primero de reducir gastos innecesarios a través de DOGE, y consiguieron rescatar más de $500 billones (en inglés) de dólares, pero todavía hacía falta una cantidad más grande para poder lograr un cambio importante. Es por eso que ahora están apostando por impulsar la economía, generando más empleos y reduciendo impuestos. La idea es que si la gente tiene más dinero, va a gastar más. Ese mayor gasto va a hacer que la economía crezca y al igual generan más ganancias a través de impuestos. Como resultado, crece el PIB de una manera más rápida que la deuda, y así se reduce el porcentaje de deuda en comparación al PIB. Este plan puede funcionar pero ha sido muy criticado ya que normalmente el impulsar la economía significa incrementar gastos gubernamentales y reducir el ingreso de impuestos a corto plazo, además de ser un proceso tardado. Otra opción y la más simple es: hacer que el congreso gaste menos y genere más. Esto es empezar a reducir el presupuesto dedicado a programas de defensa militar, seguro social, o el sistema de salud, al igual que incrementar los impuestos. Una opción fuerte y poco popular en la política por su impacto a la población, pero se dice que en este momento es necesaria. ¿Cual es la mejor opción y que es lo que se debería de hacer? Voy a dejar la respuesta a tu opinión, pero lo que sí te puedo decir es qué pasará si no se toma acción pronto, y como esto perjudica a todos los ciudadanos. Las consecuencias serían algo así: La deuda de EE.UU. continúa aumentando → Países extranjeros e inversionistas pierden confianza → Baja la demanda por inversión y capital dentro de EE.UU. → El dólar pierde valor → Aumenta la inflación → Cae el consumo dentro del país → Desempleo y caída de salarios → Muy posible recesión.

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